Por Claudia Araujo

Una de las autoridades de la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN) confirmó que se analiza abrir una sede en la capital chaqueña. Hoy la entidad dedicada al desarrollo de emprendimientos nanotecnológicos funciona solamente en la provincia de Buenos Aires. Como parte de un proceso de federalización, propone acompañar a más distritos en sus potencialidades y las de cada región. Durante la Semana Nano que coorganizaron con el Instituto Chaqueño de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICCTI), la secretaria del consejo de administración de la FAN, Paula Angelomé, describió a Prisma TIC en qué momento se encuentra el proyecto.  

A partir de que el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, Daniel Filmus explicitó la necesidad de que las acciones hagan pie en las provincias, las autoridades del ICCTI propusieron que se habilite una sede chaqueña. Sobre ese punto Angelomé aclara que la apertura no será inmediata, porque el edificio aún está en construcción, y hay varios pasos preparatorios. En la actualidad la FAN funciona en dos sedes bonaerenses; una en San Martín y otra en Escobar. Se creó en 2005 y la conducción actual asumió en junio de 2022, hace poco más de un año. 

Otros puntos del país 

Además del Chaco hay otras provincias donde se analiza inaugurar una sede o coordinar acciones. Para lograrlo se entablaron conversaciones con autoridades de La Rioja y de Río Negro. En esta última se analiza el perfil que tendría y qué posibilidades hay de contar con un espacio. También hay predisposición de funcionarios de Chubut para que en esa provincia se desarrollen acciones independientemente de contar con instalaciones.

Sobre las condiciones que debe reunir una entidad de la FAN hay alternativas que no implican necesariamente ocupar un local propio y abierto todos los días del año. En algunos casos se podrá contar con una oficina permanente; mientras que en otros, el acompañamiento podrá enfocarse en actividades puntuales. “Tampoco tiene sentido que haya mil sedes”, aclara Angelomé. Así las alternativas de mínima consisten en desarrollar trabajos conjuntos o recibir visitas periódicas del equipo de Buenos Aires. La diversidad de métodos y esfuerzos también dependerá de las características de cada propuesta y del interés que despierte en sus integrantes. 

Las herramientas 

La Fundación orienta sus expectativas hacia cuatro grupos de objetivos. Por una parte está el área de divulgación, que se dirige especialmente a estudiantes secundarios, con el fin de despertar nuevas vocaciones científicas. Por otra, cuenta con Nanofab, un laboratorio que presta servicios a emprendimientos. Una tercera ‘pata’ del organismo es una incubadora de empresas que producen en el país con nanotecnología. Y una cuarta área está abocada a capacitar y asesorar sobre administración de proyectos, con acompañamientos que se realizan de manera remota. 

De las cuatro líneas de trabajo, se analiza que en el Chaco se instale un modelo equivalente al laboratorio Nanofab. Sobre la experiencia previa Angelomé habla de una diversidad de contratos con empresas: de frecuentes intercambios, algunas con las que estuvieron poco tiempo, otras que están hace muchísimos años instaladas. La flexibilidad es necesaria en un mundo muy nuevo como el de la tecnología nano. “Entonces hay que darles tiempo a las empresas a que crezcan, a que se adapten. No se puede asegurar que en un año venderán un producto; requiere investigación, requiere desarrollo”, dice.

Además antes de determinar qué proyectos podrán prosperar, charlan con la comunidad. La visita de fines de agosto a Resistencia tuvo esa finalidad: que más personas involucradas se expresen sobre el tema. “Necesitamos ver lo que hace falta y qué podemos aportar, porque tampoco tiene sentido duplicar cosas que ya existen. Así que lo estamos tomando con tranquilidad, que no es lo mismo que decir con lentitud”, aclara. En la misma línea de razonamiento se considera que si hay acciones que ya están funcionando bien tampoco tiene sentido cambiar. “Se aporta lo que se sabe para construir en conjunto, potenciando actividades con el ICCTI y con la provincia”, dice.  

Sobre pasos y satisfacciones personales en la FAN -donde el trabajo además es voluntario-, la doctora en Química sostiene que con sus compañeros están convencidos de que ayudan a introducir cambios para mejorar la vida de más personas. Puede ser aportando a que la tecnología nano se conozca un poco más o viendo cómo cada vez más jóvenes eligen estudiarla. “Promovemos que cada vez haya más productos hechos en la Argentina con tecnologías de vanguardia a nivel mundial. Es el aporte más importante a lograr”, dice. 

Mujeres y ciencia  

Un aspecto destacable es la cantidad de cargos jerárquicos ocupados por mujeres en la FAN: tiene una presidenta, una vicepresidenta, una secretaria y una directora ejecutiva. Todas menores de 50 años. Cada investigadora viene de recorrer caminos de formación muy distintos y a la vez complementarios. Angelomé valora la experiencia y haberla logrado armoniosamente: “Lo que más me gusta de este tiempo es que colectivamente pusimos a la fundación como prioridad, la hicimos crecer, funcionar de manera más eficiente y con gente que trabaja contenta”.