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Cómo funciona el único herbario del Chaco con intercambio internacional 
jueves 19 de octubre de 2023
Tiempo estimado de lectura: 6 minutos

Si tenés poco tiempo, leé estas líneas:

• Se inauguró en septiembre de 2021 y forma parte de una red mundial de reciprocidad con especies vegetales.

• Una de sus funciones es certificar especies, algunas llevan más de 30 años en sus instalaciones.

• Cada principio activo que se identifica en una planta autóctona acorta la distancia entre la ciencia de laboratorio y el uso popular.


El primer Herbario de la provincia que fue inscripto en un índice internacional funciona en la Universidad del Chaco Austral (Uncaus), en Presidencia Roque Sáenz Peña. Antes de formar parte del Índex del Jardín Botánico de Nueva York, Estados Unidos, debió cumplir con varios requisitos. Uno se relaciona con los métodos de conservación y las condiciones edilicias que garanticen estándares de calidad. Para preservar las muestras se usan materiales específicos, con técnicas para manipularlas y el guardado se cumple en una atmósfera controlada, con humedad, luz y temperatura apropiadas.  

¿Y qué beneficio o utilidad tiene ser parte de una red internacional? La función más visible es la de facilitar el intercambio entre investigadores de centros especializados de una forma segura. Entonces si un estadounidense quiere estudiar una planta de la Argentina y pide una muestra, se la envían. A través del Herbario de Sáenz Peña también se puede pedir un ejemplar a cualquier otra institución inscripta en la misma red internacional. 

Perfil etnobotánico

Prisma TIC viajó a Sáenz Peña para dialogar con titular de la institución Javier Rodríguez y conocer sobre el trabajo de la institución. El investigador habla de otras posibilidades que genera estar en una lista internacional: que se sepa dónde queda el Chaco en el mapa, mostrar la variedad de plantas autóctonas del territorio y abrir el horizonte para nuevos proyectos de investigación. Él es farmacéutico, docente universitario y conduce una institución con una identidad que además de estudiar el reino de las plantas, se especializa en sus usos medicinales. «Somos un herbario etnobotánico”, puntualiza.

Las especies conservadas pueden ser autóctonas o importadas como el laurel o el eucalipto, que son europeas. Algunas fueron traídas de otros continentes hace más de 600 años; como se adaptaron al clima y al ecosistema, hoy son parte del paisaje regional.   

Junto a los dos accesos del edificio se lee el nombre de Carlos Chifa, un ingeniero agrónomo que por 40 años se dedicó a analizar y clasificar plantas que crecen en el NEA y tienen uso medicinal. La amplia investigación de Chifa se publicó en cuatro libros sobre usos de comunidades indígenas del norte argentino, de misioneros jesuitas y de otras poblaciones migrantes. Una parte de aquél trabajo de clasificación de muestras aún se conserva. Rodríguez vincula ese pasado con las posibilidades de una fuente ilimitada que hoy continúa produciendo material didáctico y contenidos botánicos. 

Más producción 

En la Uncaus se cursan carreras relacionadas con la salud, como Medicina, Farmacia y Nutrición; y también otras orientadas a la producción primaria, como Ingeniería Agronómica e Ingeniería Zootecnista. Esta última es una profesión dedicada a los animales que se destinan a la industria alimentaria para aprovechamiento de carne, huevos o leche. Una función del herbario consiste en aportar información, por ejemplo, a zootecnistas sobre pasturas para el ganado. Además del conocimiento teórico disponible sobre ciertas hierbas, les provee muestras disecadas para que desde la formación los estudiantes puedan identificar y comparar tipos de pastura.  

Menos agrotóxicos 

Otra función complementaria busca dar respuestas a determinados problemas en cultivos agrícolas. “Somos un herbario orgánico y tratamos siempre de ver la sostenibilidad de la producción vegetal, disminuyendo el uso de agrotóxicos y de especies transgénicas”, sintetiza Rodríguez. Es un concepto que prioriza a las especies autóctonas por estar adaptadas al régimen de precipitaciones, al tipo de suelo y temperaturas propias de esta región. La investigación en esa área promueve modificar algunas situaciones evitando tanto como sea posible el uso de pesticidas, herbicidas, nutrientes e insecticidas para poder producir. 

Una situación frecuente en los campos chaqueños es el uso de fumigación para erradicar plantas tóxicas que pueden enfermar o matar al ganado que pastorea. Los investigadores muestran a los productores que esos venenos provocan otros perjuicios severos, afectando a otras especies como la enfermedad y mortandad de abejas y aves. En charlas con ganaderos se analizan otras formas de manejo de los animales, para que según la época del año se busque evitar partes del campo o mantenerlos en potreros más controlados. Las acciones demandan trabajo sin agregar compuestos químicos y evitan pérdidas naturales irreparables.

Usos farmacológicos

El uso más extendido de las plantas y que el herbario Chifa elige investigar es el de la medicina natural para atender a un grupo de síntomas y dolencias leves. Una de las fuentes más abundantes de conocimiento son las comunidades originarias. “¿Qué hacemos con esa información? La chequeamos, buscamos lo que se publica en el sistema mundial, papers en revistas científicas o en libros”, continúa Rodríguez. La búsqueda es exhaustiva hasta dar con una dosis segura, tanto del medicamento, como de la forma de prepararlo y almacenarlo.  

El análisis demanda tiempo porque el principio activo de una sustancia también conlleva contraindicaciones en varias poblaciones; sean embarazadas, niños, personas con diabetes o hipertensas. La lista de efectos secundarios no deseados es extensa: “Hablamos de medicina, o sea que toda la diferencia entre algo que te puede hacer bien y algo que te puede hacer mal es la dosis”, subraya el farmacéutico. Para aclararlo aún más, explicita que no se busca ‘correr’ a la medicina que receta medicamentos del hospital o de la farmacia, sino que viene a ayudar entre otras cosas a disminuir dosis, a contribuir ante una resistencia antimicrobiana, o a contemplar un aspecto social: que una persona reduzca parte de los gastos que le genera comprar algunos productos. 

Para el director uno de los desafíos es abarcar la mayor cantidad posible de usos medicinales en plantas del Chaco y del norte argentino: “Si alguien tiene un saber, nosotros trataremos de encontrar a esa persona para chequear la información que nos aporte y la publicaremos”.

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