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¿Qué hacer con los residuos electrónicos en el Gran Resistencia?  
jueves 23 de noviembre de 2023
Tiempo estimado de lectura: 6 minutos
Una dimensión de las cantidades de partes que se almacenan y clasifican.

Si tenés poco tiempo, leé estas líneas:

• En el parque industrial de Barranqueras funciona una planta de reciclado de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE).

• Para acordar entregas la atención es de lunes a viernes, de 8 a 14, y el teléfono de contacto es 3624555187.

• Técnicos reparadores de PC pueden encontrar componentes reutilizables como placas y ventiladores de CPU en buenas condiciones.


Por Claudia Araujo

La empresa ECOM Chaco creó en 2019 una planta de producción de elementos para reciclaje. El espacio existe para dar respuesta a una pregunta: qué hacer con los equipamientos tecnológicos que pertenecen a la empresa y entran en desuso. Esos elementos son conocidos mundialmente como residuos de artículos eléctricos y electrónicos (RAEE) y contienen sustancias que son contaminantes. “Nos dedicamos a desarrollos informáticos y al tendido de fibra óptica, nos faltaba una tercera pata dedicada al destino de los equipos que generábamos”, repasa Mariela Torres, coordinadora de Responsabilidad Social de la compañía.

Prisma TIC visitó las instalaciones que funcionan en el parque industrial de Barranqueras para conocer el trabajo de clasificación, separación y recuperación de partes. Un proceso que es producto de una investigación de años y transitó varias gestiones de la compañía. Al comienzo de esa búsqueda encontraron servicios de terceros que les ofrecían soluciones muy costosas, en la región no había recicladores y enviar RAEE a otras provincias como Córdoba, Santa Fe o Buenos Aires implicaba pagar un elevado precio de transporte. Al margen de la logística, también tenían que garantizar una cantidad determinada de elementos para que los reciban.

Una placa madre que puede ser reutilizada, alargando la vida de algunos equipos.

Minería urbana y rentabilidad

Hace cuatro años, cuando todo empezó, la etapa de formación del personal fue clave para identificar minuciosamente los residuos peligrosos y materiales a clasificar. Los técnicos de ECOM Chaco con experiencia en el tema aseguran que el secreto está en saber diferenciar los elementos que podrán volver al mercado de la manera más pura, más rentable y en funcionamiento. Podría decirse que la regla a cumplir es: cuanto menos contaminado y mejor condicionado, mucho más rentable será el recurso.  

Cada vez más organizaciones, empresas y proyectos entienden que lo ambiental ya no es solamente ‘cuidar la casa común’, sino también encontrar nuevas vías para generar beneficios. Así van formándose eslabones de la cadena industrial como los recuperadores de cobre, aluminio, plástico, vidrio y chapas, entre otros. Lo que se define como minería urbana sustituye una parte de la minería tradicional y permite, por ejemplo, recuperar metales nobles para fundición y reaprovechamiento. “Además es una economía informal que ya existe y de hecho genera actos de delincuencia e inseguridad”, analizó Mariela Torres. 

Una idea muy extendida valora el altruismo de donar un equipo a otra persona que puede extender su uso por un tiempo, sin embargo en la planta RAEE el acento está puesto en la disposición responsable de los residuos electrónicos. Para el caso de las computadoras hay aspectos que no todos conocen: si se desarman son una fuente de residuos peligrosos. Y aun si la máquina permanece ensamblada, pero está a la intemperie o expuesta a la humedad, también es un riesgo porque al cabo de un tiempo puede emanar fluidos contaminantes.  

Momento de separación de componentes. En este caso, una pantalla de PC.

Ampliación de límites

Cuando los impulsores del emprendimiento chaqueño advirtieron que podían separar y reciclar lo propio, pensaron en ampliar el alcance: “Si podíamos hacerlo para nosotros, también era posible para otras empresas y para otras provincias. Así nos fuimos abriendo ante la necesidad, demanda y falta de una solución local”, describe la abogada a cargo del proceso.

Además la recuperación crea un impacto múltiple. Las empresas y organizaciones con cientos de equipos arrumbados y que solo juntan polvo ven cómo desocupar un espacio para destinarlo a otro fin. Desde una oficina hasta un potencial alquiler para depósito de otro tipo de bienes.  

Falta legislar

No todos son avances. Entre el desarrollo tecnológico y lo normativo hay un abismo. “No tenemos una legislación que acompañe; ésa es nuestra debilidad mayor”, apunta Torres.  El problema excede a los límites de la provincia y escala a nivel nacional. Mientras la evolución tecnológica sobre el uso y mantenimiento de los equipos avanza a pasos de gigante la ley se quedó en 1974. Para acortar esa distancia de medio siglo, hace falta actualizar la ley. Los entes públicos enfrentan un problema si quieren deshacerse de sus bienes en desuso. En la década del 70 se recomendaba cavar un pozo donde arrojar los residuos y prenderles fuego.

Hoy las trabas legales de las organizaciones estatales se superan y solucionan con resoluciones, disposiciones y actas. Sin embargo, la titular de Responsabilidad Social considera que debería asegurarse por algo más que una cuestión de voluntad. Para acompañar los procedimientos de reciclaje, una propuesta de legislación sugiere que se establezca cierta antigüedad de los equipos y así determinar cuándo enviarlos a una planta de desguace. Torres considera que en el país también el concepto de residuo peligroso necesita una actualización. “Muchos objetos y sustancias están contenidos dentro de una idea relativamente vieja, y más si consideramos que cinco años en tecnología es un montón de tiempo”, dice.

Piezas con vida útil

Si se recorre la planta es posible ver cubos metálicos apilados, que al acercarse impresiona notar las carcasas compactadas; en frente se recorta el sector curvilíneo de los tubos de monitores entre otros objetos de vidrio. Como en los estantes de supermercados mayoristas, todo el galpón se organiza en columnas de colores y formas de las piezas contenidas. Un hallazgo son los componentes de computadoras que pueden reutilizarse: como por ejemplo un estante con placas en condiciones operativas y decenas de pequeños ventiladores (cooler) cada uno envuelto en bolsas selladas, listos para su instalación.    

Los residuos informáticos llegan a la planta en forma programada aun cuando provengan de eventos concurridos, como las recolecciones en el Parque de la Democracia, Casa de Gobierno y Punto de Todos. Las empresas y entidades públicas o sin fines de lucro -como las universidades- aportan lotes voluminosos de hasta 500 equipos. Y los particulares no superan cifras de un dígito. De todas formas, desde el centro aclaran que no es un lugar de acopio ni un depósito, sino una unidad de producción con fecha y hora de recepción de computadoras, siguiendo un orden de prioridades. Para coordinar entrega de equipos la atención es de lunes a viernes de 8 a 14 y el teléfono de contacto es 3624555187. 

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