Si tenés poco tiempo, leé estas líneas:
• Con la participación y colaboración de actores locales, se diseñó un mapa interactivo con referencias geolocalizadas de sitios naturales, culturales y de servicios en El Impenetrable.
• El grupo de investigación, conformado por historiadores, lingüistas, antropólogos y geógrafos, articuló sus saberes y conocimientos con instituciones educativas, municipios y habitantes de la zona.
• El trabajo propone un itinerario desde una perspectiva interdisciplinaria, poniendo en valor al Gran Chaco Argentino desde una mirada ambiental, histórica y turística, revalorizando la memoria e identidad y atendiendo su diversidad cultural.
Por Andrea Bonnet
En los últimos años El Impenetrable se volvió un punto muy atractivo para los amantes del turismo de naturaleza y aventura. Se trata de una región que cuenta con una alta diversidad de especies animales y vegetales, que hacen del Chaco una de las regiones claves en términos de bosques nativos y biodiversidad. Su nombre deviene de la dificultad de atravesarlo, por lo agreste y tupida de su vegetación, formada por diferentes tipos de árboles, como el quebracho colorado y blanco, el algarrobo y el palo borracho. La región representa más del 40 por ciento de la superficie provincial y, según el último censo, se estima que viven ahí cerca de 70.000 personas; principalmente indígenas, campesinos y pequeños productores rurales.
El proyecto “El Impenetrable: un itinerario cultural en torno al ambiente, los grupos humanos y su cultura local” fue dirigido por la investigadora del CONICET María Laura Salinas. Ella es doctora en Historia, profesora titular en la carrera de Historia de la Facultad de Humanidades de la UNNE y actual directora del Instituto de Investigaciones Geohistóricas (IIGHI). En este trabajo participaron al menos 20 investigadores, provenientes de diferentes disciplinas, quienes articularon sus conocimientos y saberes con pobladores locales.
Una de las producciones que surgió como resultado de la investigación es un mapa interactivo y geolocalizado que se puede visitar en el sitio impenetrable-iighi-unne.com.ar, el cual reúne información del proyecto, el equipo de trabajo y detalles de la metodología aplicada. Además, contiene un registro de sitios naturales, culturales, eventos y servicios de las localidades chaqueñas que forman parte de El Impenetrable: Juan José Castelli, Villa Río Bermejito, Miraflores, Fuerte Esperanza, El Sauzalito, Misión Nueva Pompeya, Fortín Lavalle, El Espinillo y Comandancia Frías. “Queríamos hacer una reconstrucción de la historia de El Impenetrable y pensar en un itinerario que pueda ayudar a conocer la cultura del lugar y fortalecer el turismo local”, explicó Salinas a Prisma TIC.
Inicios y financiamiento
“Nosotros comenzamos esta investigación a través de un PICT de la UNNE, que es un proyecto de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, en este caso cofinanciado con las universidades”, contó la investigadora. En ese momento, la convocatoria de la UNNE tenía como finalidad trabajar en proyectos de investigación para dos espacios: Esteros del Iberá en Corrientes y El Impenetrable en el Chaco. “Nuestra propuesta en la convocatoria estuvo directamente vinculada al turismo y a la cultura local”, destacó.
En cuanto al financiamiento de este trabajo, explicó que en los primeros años fue a través de un PICT, una convocatoria que busca generar nuevos conocimientos en todas las áreas en ciencia y tecnología. Pero la investigación sumó luego fondos de los Proyectos Federales de Innovación (PFI), una iniciativa del Consejo Federal de Ciencia, Tecnología e Innovación (COFECyT) que impulsa la federalización de la ciencia y la tecnología, promoviendo una cultura innovadora territorial. “Esto nos animó a pensar desde otro lugar, pensar en las comunidades y los municipios y ver cómo fortalecer las relaciones para impulsar el turismo local”, remarcó la doctora en Historia.
El equipo inició su trabajo de campo en el 2022, pero la investigación arrancó dos años antes, en plena pandemia de Covid-19. “Cuando se presentaron los proyectos estábamos todos encerrados así que nos conectábamos virtualmente”, detalló Salinas. “Nuestra propuesta implicaba ir a los lugares, recorrer y hablar con las personas de la zona e involucrar a los actores sociales, algo que no pudimos hacer en los primeros años de la investigación”, lamentó. Durante ese tiempo, el grupo se concentró en la búsqueda y análisis de documentación y archivos sobre El Impenetrable.
Desafíos de la investigación
La investigadora contó que este proyecto significó un gran reto para todo el equipo de trabajo. “Yo me dedico a la historia colonial, Siglo XVI, XVII y XVIII, y todo mi grupo trabaja estos temas y principalmente nos abocamos a los archivos”, explicó. “Presentarnos en esta convocatoria sobre El Impenetrable, para estudiar tiempos más contemporáneos, fue todo un desafío, porque implicaba salir de nuestros temas para involucrarnos en algo que la universidad necesitaba”, resaltó. El desafío no era sólo por tener que estudiar temáticas regionales en tiempos actuales, sino porque también exigía una vinculación directa con los actores locales y salir al campo para conocer.
“Dejamos nuestros temas un poco de lado para salir al territorio, recorrer, hablar con la gente, hacer entrevistas y realizar encuestas, algo que no estaba habitualmente dentro de nuestro campo de estudio”, indicó la investigadora. Al tiempo que contó que esto fue algo novedoso para todo el equipo y también un cambio de perspectiva: “Fue muy enriquecedor porque nos permitió conectarnos con una sociedad con la que generalmente no tenemos contacto, porque lo nuestro es el pasado”. Fue así que el equipo se propuso ver qué aspectos podían aportar desde sus especialidades y vieron que era posible agregar valor haciendo una reconstrucción histórica de esa región del Chaco.
Integrantes y objetivos
El grupo de investigación que trabajó en esta propuesta estuvo conformado por un total de 20 personas, unas pocas que hicieron trabajo de campo y otras que se sumaron como colaboradores. En el terreno, además de Salinas, estuvieron Fatima Valenzuela, Mónica Medina, Cristian Da Silva, Milagros Blanco, Cristian Tollieux, Roy Casañas y Felix Zacarías. Se trató de un equipo constituido por personas que realizan sus actividades en el CONICET, en la Universidad Nacional del Nordeste, en la Universidad Nacional de Buenos Aires y en el Instituto de Educación Superior «René Favaloro» de Castelli. Un grupo heterogéneo y multidisciplinario, conformado por historiadores, lingüistas, antropólogos, geógrafos y un diseñador gráfico.
“Nos propusimos hacer un itinerario que pueda ayudar a conocer la cultura del lugar y también que permita fortalecer el turismo local”, precisó a Prisma TIC. Este mapa interactivo está pensado para turistas que tengan interés principalmente en la naturaleza, el ambiente y la historia de El Impenetrable. “Los primeros dos años hicimos una reconstrucción histórica para conocer quiénes fueron los primeros viajeros, cómo describieron el territorio y buscamos toda la documentación existente sobre los diferentes planes que hubo para esa región”, detalló Salinas.
A partir de este trabajo, el equipo de investigación participó de algunos congresos y realizó publicaciones en revistas científicas, con el fin de poner en discusión los primeros resultados del proyecto. La idea de hacer un mapa interactivo surgió un tiempo después. “Quisimos aportar con algo que fuera más visible para la sociedad y que pueda ser útil y que incluya a todas nuestras disciplinas”, explicó la historiadora. Así fue que surgió la idea de una cartografía que pudiera realizarse en torno al trabajo de campaña y a la vinculación con la gente. Por ello, la investigadora destacó el valor de la participación de las personas del lugar y remarcó: “Les preguntamos específicamente qué querían que se muestre de su región”.
Aportes de la investigación
María Laura Salinas destacó el diálogo interdisciplinar, que permitió que cada integrante del equipo salga de su campo de conocimiento para ofrecer una mirada más amplia.Para realizar el mapa, tuvieron que hacer varios viajes de campaña y pensar una metodología de trabajo. La idea era que los propios habitantes cuenten qué les parecía importante mostrar en el mapa: “Apuntamos a la co-construcción del conocimiento en torno al diálogo con los actores locales”.
“La idea era tener un diálogo respetuoso, aceptar lo que nos decían y abrirnos a nuevas perspectivas”, relató la investigadora. Para esta tarea, remarcó que fue muy útil el trabajo con los antropólogos, que brindaron herramientas para saber cómo actuar en cada caso. La propuesta también incluyó un ciclo de capacitaciones y cursos destinados a la población local, para que puedan aprender a promocionar y potenciar sus servicios y artesanías. “La riqueza del proyecto radica en haber recorrido todos esos lugares y plasmado en ese sitio parte de lo que fuimos recopilando”,
Con el objetivo de que el trabajo llegue a una mayor cantidad de personas, los resultados fueron puestos a disposición de funcionarios de Turismo, Educación y Ciencia y Tecnología de la provincia. La investigadora remarcó la necesidad de que el mapa se pueda seguir actualizando. “Es un proyecto inicial que da para mucho más, no sé si nosotros, pero sí estaría bueno que alguien lo continúe, ya sean los mismos municipios o las universidades”, concluyó.