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El INTA Sáenz Peña realiza ensayos con un algarrobo mejorado que podría beneficiar a los sistemas silvopastoriles de la región
viernes 24 de mayo de 2024
Tiempo estimado de lectura: 5 minutos

Si tenés poco tiempo, leé estas líneas:

• Un grupo de trabajo estudia bosques implantados en el predio del INTA y de productores locales para validar prácticas que favorezcan al crecimiento y desarrollo de esa especie de árboles nativos.

• La investigación comenzó hace más de nueve años con la plantación de ejemplares de algarrobo mejorado y si bien ya se pudieron obtener algunos resultados, aún quedan por delante varios años más para conocer las conclusiones finales.

• Se trata de una especie con muchos beneficios, dado que brinda buena sombra para el ganado, es fijadora de nitrógeno, se adapta a distintos tipos de suelo y combina muy bien con lo que es la producción de pastura y ganadería.


Por Andrea Bonnet

Un equipo del INTA Sáenz Peña busca conocer cómo funcionan los sistemas silvopastoriles con bosque implantado de algarrobo mejorado y cuáles son los beneficios que aporta, tanto para los animales, como para el suelo y el ambiente. El sistema silvopastoril es una práctica agroforestal que combina de forma intencional árboles, pastura y ganado en una misma superficie, buscando una estabilidad ambiental, social y económica. En este caso, se realizan ensayos con plantaciones de algarrobo, una especie nativa del monte chaqueño. 

Con el objetivo de conocer más acerca de este trabajo, Prisma TIC conversó con Lorena Pernochi, una de las integrantes del Grupo de Recursos Naturales de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Sáenz Peña. Si bien ella nació en Formosa, hace más de una década vive y trabaja en la provincia del Chaco. Se recibió de Ingeniera Forestal y tiene un master en Ciencias Forestales por la Universidad Nacional de Misiones. 

Lorena Pernochi trabaja hace 16 años en la Estación Experimental Agropecuaria del INTA en Sáenz Peña.

«Esta especie sufrió un proceso de domesticación en el que se evaluaron distintas cuestiones para lograr cultivarla y obtener madera de calidad y frutos que se usan en diferentes industrias», explicó Pernochi acerca del tipo de algarrobo con el que realizan los ensayos. «Nosotros estamos trabajando con un algarrobo mejorado que se destaca por su crecimiento en diámetro y en altura», precisó. La investigadora contó que inicialmente se hicieron pruebas y ensayos con diferentes tipos de algarrobo en varias provincias del país, un trabajo que llevó adelante el INTA junto con otras instituciones. 

«En la sede del INTA Sáenz Peña instalamos un rodal de esta especie de algarrobo mejorado, donde se fue evaluando el crecimiento que tiene y a futuro se propone seguir seleccionando a los que crecen mejor y contar con semillas que luego puedan utilizarse para plantar», detalló. El programa también lleva adelante algunos ensayos en predios, de pequeña superficie, que pertenecen a productores privados locales. «Estamos midiendo el comportamiento en distintas zonas y con diferentes tipos de manejo», explicó acerca del trabajo que llevan adelante. 

Se trata de un tipo de ensayo que requiere de paciencia y mucho tiempo. El rodal que se encuentra en el INTA Sáenz Peña tiene poco más de nueve años y para finalizar el trabajo estiman que todavía faltan unos cuantos años más. «Nosotros evaluamos anualmente el crecimiento y también los diferentes tratamientos silviculturales, podas y raleos, para poder brindar toda la información del manejo que requiere este tipo de material», indicó Pernochi. Al tiempo que aclaró: «El final de este sistema está pensado para el momento en el que se pueda cortar la madera y eso estamos evaluando que puede demorar hasta 20 años en total, mientras que lo habitual suele ser de 25 a 30 años”

Hasta el momento, se sabe que los buenos resultados no dependen sólo del tipo de especie que se utiliza sino también de otros factores como la poda y la distancia en la que se debe plantar cada ejemplar, entre otros aspectos. «El algarrobo mejorado funciona muy bien porque tiene varias características que la hacen adecuada para este tipo de planteo», confirmó la trabajadora del INTA Sáenz Peña. Dentro de las ventajas de esta especie mencionó la sombra que brinda al ganado, que es fijadora de nitrógeno, se adapta a distintos tipos de suelo y combina muy bien con lo que es la producción de pastura y ganadería. 

«La propuesta plantea no sólo tener pastura sino también el componente arbóreo, es decir producir carne pero manteniendo la presencia de árboles a través de un bosque implantado en superficies donde ya no se hace agricultura o que ya viene de una tradición ganadera», detalló Pernochi. Según explicó, al incorporar árboles se busca mejorar el suelo y la pastura para ganado. «Ahora se están haciendo estudios de calidad y lo que se ve es que la pastura bajo un régimen con árboles mejora en calidad porque tiene más proteínas», destacó. 

Según cuenta la investigadora, la mayor parte de los productores que se interesaron en hacer algún tipo de réplica piensan en el sistema más por la sombra que necesitan que por la madera. Y sobre este punto, aclara: “La importancia de la sombra es para beneficiar al ganado, sobre todo en nuestra zona que tiene altas temperaturas”. Acerca del sistema silvopastoril, Pernochi remarca que «beneficia tanto a la pastura, como a los animales y también permite tener árboles que en el futuro podés cosechar o utilizar como madera»

De todas maneras, aclaró que el algarrobo es una especie que tiene muchas ramas y que si no se maneja bien la poda no se puede obtener una madera de calidad. «En estos sistemas silvopastoriles necesitás hacer tratamientos en los árboles para garantizar un buen crecimiento, mantener una buena producción de la pastura y brindar bienestar para los animales que se encuentran en el campo», agregó. Actualmente se están analizando otros beneficios de los bosques implantados de algarrobo mejorado, vinculados al suelo, materia orgánica, carbono y microorganismos.   

Además de las diferentes líneas de investigación con el algarrobo mejorado y el monte chaqueño, el equipo del INTA Sáenz Peña trabaja en la elaboración de productos forestales no madereros, como la goma de algarrobo y la restauración de bosques.  Este último tema se encuentra en etapas iniciales de trabajo y lo que se propone es evaluar diferentes técnicas de restauración en áreas que fueron arrasadas por incendios.

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